martes, 1 de abril de 2014

Todo lo que necesitas.

Hace poco conocí a una persona, a la típica persona que cees rota, en pedazos, sujetada por historias sin final, la misma persona de sonrisa frágil, de cimientos de cristal. No pensé que lo diría, no la conocía y ahora es la pieza fuerte de mi vida. Quise tratarle bien, escucharle, entenderle o por lo menos ponerme en su lugar, darle la confianza que a veces sola no puede encontrar. Es difícil comprenderla, es cambiante, distraída, descuidada... Suele temblar de miedo dentro del fuerte que ella misma ha construido. Huye, se pierde, avanza, retrocede, cambia, empieza, cae, aprende... Pero no se lo tengo en cuenta, no tengo porque hacerlo. Intenté darle las oportunidades que necesitaba, las mismas que cualquiera merecía. Poco a poco hizo fuertes sus valores, no temblaban sus cimientos, tropezaba, pero en vez de caer, volaba.
Encontré a esa persona, por sorpresa, no por casualidad, tenía mi nombre, la llevaba por dentro, calladita y en silencio, esa es mi única mitad. 


-En la única persona en la que podrás apoyarte siempre serás tú misma, no te olvides-.

No hay comentarios:

Publicar un comentario