miércoles, 16 de abril de 2014

PD.

Esta será la última carta, dejaré de molestarte. Solo me queda una cosa por decirte, no es para que no me olvides, ni para que me recuerdes. Se que puedes cuidar de ti mismo sin mi ayuda.

Estas letras son para decirte como me he sentido, como me has cambiado. Tú me convertiste en una persona que quería ser mejor, que se esforzó en cambiar y en construirse por conseguir lo que quería. Y aunque no lo he conseguido ha merecido la pena. Por eso te estoy eternamente agradecida, literalmente.

Quiero qué me prometas algo,  que no estarás triste, ni inseguro que volverás a confiar en ti, que nunca dejarás de luchar por lo que quieres, cueste lo que cueste. Prométeme que no perderás por completo la fe y que tratarás de verte con mis ojos cuando ya no puedas más. Gracias por tanto tiempo y por las experiencias, por eso no me arrepiento, me siento afortunada por la suerte he tenido.

Tu has llenado mi vida, y quizás yo solo soy un capítulo en la tuya, pero habrá más, conmigo o sin mi serás feliz, te lo aseguro.
Algún día nos cruzaremos, cada uno con una vida distinta, tal vez más serios, más maduros y sobre todo más fuertes. Y nos miraremos y sonreiremos. Incrédulo pensarás en todo lo que vivimos, en todo lo que aprendimos y sin querer volveremos al pasado unos segundos y orgullosos creeremos en el poder del tiempo y la distancia y como para bien o para mal todo se vuelve a poner en su sitio.
A veces será una lección, a veces una experencia.


PD:
No tengas miedo de volver a vivir, prepárate para esa señal inconfundible que parece poder con todo, esa señal que le dará sentido a todo lo que hasta entonces no lo tenía. Esa señal que te llenara de fuerza y sobre todo de lo que ahora falta, y no encontramos, la ilusión.

No hay comentarios:

Publicar un comentario